Amarás a Dios sobre todas las cosas
Los Diez mandamientos de la ley de Dios, conocidos igualmente bajo el nombre de “El Decágolo”, comprenden los principios éticos y de culto que forman las bases morales de la religión Cristiana y Judía. El primer mandamiento de esta ley que fue dictada por nuestro Padre Dios Todopoderoso, dice: “Yo soy el Señor tu Dios. Amarás a Dios sobre todas las cosas”.
¿Qué significa este primer mandamiento de la ley de Dios?
En simples palabras, este primer mandamiento nos indica que Dios debe ser el centro de nuestras vidas. Por lo tanto, debemos amarlo, honrarlo y respetarlo, viviendo junto a Él gracias a la oración, y por sobre todas las cosas, cumplir su voluntad divina.
¿Cómo debemos amar a Dios?
Amar verdaderamente a Dios, es símbolo de sacrificio, dejando de lado nuestras necesidades o intereses, y vivir nuestra vida cumpliendo con todos sus mandatos, siéndole fieles a Él y reconociéndolo como el verdadero creador de todo lo que existe.
En conclusión, si como cristianos tenemos en cuenta que Dios lo es todo, podemos deducir que amar todo a nuestro alrededor, implica directamente que amamos a Dios, y al ser agradecidos por todo lo que tenemos y nos rodea, es agradecerle a Dios. Y es de esta forma cuando Él nos indica “sobre todas las cosas” no significa que de todo lo que nos rodea, Dios es lo más importante. “Sobre todas las cosas” no hace referencia a Dios como ser, sino que al Dios ser todo, hace referencia al acto de amar como tal. Es decir, que este primer mandamiento nos dicta que de todos los actos que el ser humano es capaz de hacer, amar es el más importante.