Aunque parezca difícil de creer, perdonar es un paso sumamente importante para poder obtener salud física y emocional, pero, ¿por qué?
Según diversos estudios, entre ellos, el de la Universidad de Saint Andrews ubicada en Escocia, cuando perdonamos a alguien, podemos olvidar ese acto irritante que tanto nos molesta, en otras palabras, funciona como un acto de liberación y superación.
Efectos positivos de perdonar para el bienestar del cuerpo
Así como perdonar nos ayuda a superar un disgusto y dejarlo atrás para seguir adelante, también trae excelentes beneficios a nuestro cuerpo.
Y es que, al evitar el perdón, simplemente acumulamos rencor, y ese odio es capaz de acelerar el ritmo cardíaco e incrementar la presión arterial.
Ahora bien, si una persona con deficiencias cardíacas se somete a dichas situaciones, puede comprometer aún más su salud, y ser vulnerable ante un infarto.
Para algunos psicólogos, ofrecer perdón coadyuva a reducir el consumo de sustancias nocivas como el alcohol, cuando la persona “herida psicológicamente” se habituó a ello.
Por otra parte, a nivel emocional también dejamos de lado los sentimientos negativos como la depresión, la ira, el estrés y el dolor del alma.
El ejemplo del hijo de Dios: el acto más grande de perdón
Desde el punto de vista de diversas corrientes religiosas, el acto más grande de perdón fue el del hijo de Dios colgado en la cruz.
Para los devotos, nada puede superar el amor que Jesús demostró al olvidar el daño y la humillación propiciada por sus victimarios.
De allí que estos dogmas promulguen el perdón como un hecho esperanzador capaz de liberar el alma, preparando a las personas para una vida de paz y serenidad.